El Refugio de ACNUR
Toda persona tiene derecho a una vivienda adecuada. Esto incluye el derecho a vivir en paz, con seguridad y dignidad. Un refugio proporciona a las personas desplazadas un punto de partida fundamental desde el que poder continuar con sus vidas.
En qué consiste:
Un refugiado es una persona que han tenido que huir de su país para sobrevivir, por la guerra, la persecución o por violaciones de los derechos humanos. Más de la mitad, son niños y niñas.
El número de personas desplazadas forzosamente ha alcanzado un máximo histórico: 103 millones de personas han huido de sus hogares en todo el mundo. Esto significa que una de cada 77 personas en el mundo ha dejado atrás su hogar, sus pertenencias y sus raíces. En ACNUR, esto nos preocupa, ya que el número de personas que acuden a nosotros en busca de ayuda supera con creces la financiación que tenemos para satisfacer sus necesidades.
La palabra “refugio” es sinónimo de acogida o amparo. A menudo se utiliza para referirse al espacio que servirá de resguardo a quienes huyen de guerras y necesitan un techo urgente para cobijarse mientras esperan a poder volver a sus hogares.
ACNUR ayuda a las personas forzadas a desplazarse con soluciones a lo largo de todas las etapas del proceso:
– Desde el momento en el que los desplazados se ven obligados a huir: ACNUR puede cubrir las necesidades de 600.000 personas en las primeras 72 horas tras la declaración de una emergencia: se distribuyen tiendas de campaña y artículos de primera necesidad desde sus centros de provisiones.
– En situaciones más prolongadas, ACNUR rehabilita refugios comunales o construye nuevas viviendas.
Para una persona refugiada en situación de desarraigo y que teme por su vida, contar con un alojamiento seguro supone:
- Asegurar su salud: Un alojamiento es mucho más que impermeabilizar, es fundamental para la protección de la salud.
- Un nuevo comienzo y privacidad: Un techo permite comenzar una nueva vida, habiendo dejado todo atrás y restaurando la unidad familiar
- Mayor seguridad física: Un hogar proporciona un espacio seguro para las mujeres y niñas, vital para la prevención de la violencia sexual.
La causa en CIFRAS:
- Más de 103 millones de personas desplazadas en todo el mundo.
- En estos momentos, el 76% proceden solo de seis países: Ucrania, Siria, Venezuela, Afganistán, Sudán del Sur y Myanmar.
-
Desde su creación en 1950, ACNUR ha ayudado y protegido a millones de personas en todo el mundo
- Los países de renta baja y media acogieron el 74% de las personas refugiadas del mundo.
-
ACNUR lleva más de 70 años brindando asistencia y protección, y su labor continúa en 137 países.
Además, la mayoría de las personas desplazadas viven en refugios urbanos densamente poblados y en barrios marginales con viviendas inadecuadas, o en asentamientos improvisados superpoblados.
Estos son algunos ejemplos con costes reales de las actividades que desarrolla ACNUR:
- Con 500 € ACNUR puede proporcionar una tienda unifamiliar a una familia en Burundi. Estas tiendas familiares son una solución temporal en campos de refugiados.
- Con 1.000 € ACNUR puede proporcionar una unidad de vivienda para refugiados. Este es un tipo de refugio compuesto de elementos básicos como paneles de aluminio para techo y paredes, puertas, ventanas y un sistema de energía solar, que alimenta una lámpara.
- Con 8.000 € ACNUR puede construir una vivienda para ocho familias desplazadas en Myanmar.
- Con 11.000 € ACNUR puede llevar a cabo reparaciones en una vivienda dañada por los combates, a través de contratistas locales, en Ucrania.
Un poco más sobre ACNUR. Quiénes son:
ACNUR es la agencia de la ONU que protege y asiste a las personas refugiadas y desplazadas. Su misión es garantizar su protección internacional y buscar soluciones sostenibles, labor que lleva a cabo a través de tres grandes áreas de intervención:
Proporcionar asistencia durante emergencias humanitarias;
Garantizar la supervivencia de las personas refugiadas y desplazadas internas;
Facilitar los recursos necesarios para que reconstruyan su futuro.
El trabajo que realiza ACNUR la ha hecho merecedora de recibir dos veces el Premio Nobel de la Paz -en 1954 y 1981-, y el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación, en 1991.